Catálogo Manta Azores

Islas Azores

Uno de los pocos lugares del planeta donde las rayas diablo (Mobula tarapacana) se reúnen en grandes grupos.

Situadas en medio del océano Atlántico, las Azores son un archipiélago formado por nueve islas volcánicas, las más aisladas del Atlántico Nordeste. El hecho de ser la única masa de tierra entre dos continentes y de estar asentada sobre la dorsal atlántica media, junto con la fuerte influencia de la corriente del Golfo, hace que su entorno sea único, un verdadero oasis de biodiversidad.

Desde las costas de las islas hasta las profundidades marinas, el archipiélago abarca importantes y diversos ecosistemas, desde arrecifes costeros hasta montes submarinos, respiraderos hidrotermales y jardines de coral de aguas profundas.

Resumen del proyecto

La manta raya es la única especie de manta raya que presenta marcas ventrales únicas, similares a las de las mantas.

De hecho, esta característica llevó a la génesis de este proyecto y al establecimiento de la primera base de datos de foto-ID para la manta raya en el mundo y, posteriormente, para la manta oceánica en el Atlántico. Con el tiempo, estas bases de datos pueden revelar información sobre la composición de las poblaciones, los patrones de migración y los movimientos alrededor de las Azores, al tiempo que descubren la posible conectividad con otras regiones del Atlántico y proporcionan pistas sobre la importancia de esta región para las diferentes especies. Esta información es crucial para gestionar y conservar eficazmente estas rayas.

La presencia de agregaciones predecibles en los montes submarinos del archipiélago es, por tanto, muy significativa, ya que ofrece una oportunidad única para estudiar estos animales. La mayor parte del trabajo del MCA se ha llevado a cabo en colaboración con operadores de buceo locales y sus clientes, que apoyan el proyecto como "ciudadanos científicos". Los clientes aportan fotos de identificación tomadas durante sus inmersiones, y los operadores de buceo informan de cualquier avistamiento de mobulas que se produzca a lo largo de la temporada. Más recientemente, los pescadores recreativos locales también han empezado a informar de sus encuentros con estos animales.

Junto con la fotoidentificación, el proyecto también ha recopilado datos mediante estaciones de vídeo remotas en los principales lugares de agregación. Recientemente se han establecido colaboraciones en otras regiones para el uso de nuevas metodologías y la recogida de muestras genéticas. Se han utilizado técnicas de genética y genómica para estudiar la estructura poblacional de las rayas diablo y la conectividad de las poblaciones entre las Azores y diferentes regiones del planeta.

Es necesario comprender el papel ecológico de estos lugares de agregación tan específicos y evaluar cómo pueden evitarse mediante la regulación los posibles impactos negativos en estos lugares.

El proyecto espera aumentar en el futuro la cantidad de datos de identificación que recoge de los buceadores visitantes y sensibilizar a la comunidad local en general sobre la conservación y la importancia económica de las rayas mobula que visitan la región.

Mantas y rayas diablo en las Azores

Entre junio y octubre de cada año, una especie de manta (Mobula birostris) y dos especies de rayas diablo (Mobula tarapacana y Mobula mobular) en las aguas que rodean estas islas.

El más común es el grande y carismático Rayas diablo (M. tarapacana). Esta especie es muy conocida por su color dorado y es una de las especies más grandes de rayas diablo, alcanzando una envergadura de casi cuatro metros.

En Rayas diablo Las rayas pueden verse en todo el archipiélago durante los meses de verano, pero es en los montes submarinos de Ambrósio, cerca de Santa María, y Princesa Alice, cerca de Faial y Pico, donde se concentran en mayor número. Todas las rayas que las visitan son adultos maduros, y muchas hembras están muy preñadas. Sin embargo, la razón exacta de sus visitas sigue siendo un misterio. Lo que sí sabemos es que estas rayas no son tímidas a la hora de interactuar con los buceadores. Sus grandes agregaciones, su sorprendente tamaño y su evidente curiosidad hacen que el encuentro sea increíble y, por ello, muchos submarinistas de todo el mundo visitan las Azores específicamente para verlas.